ASI VIVIMOS LA CULTURA DE LA LEGALIDAD EN EL COLEGIO NUESTRA SEÑORA DE FATIMA

ASI VIVIMOS LA CULTURA DE LA LEGALIDAD EN EL COLEGIO NUESTRA SEÑORA DE FATIMA
Doc. Mg. Aurora C. Maldonado G.

miércoles, 19 de mayo de 2010

LA DELINCUENCIA: ¿CUAL ES LA CAUSA QUE DESENCADENA ESTE PROBLEMA?

En primer lugar debemos dejar bien en claro que la delincuencia es ese conjunto de delitos que hacen daño a la sociedad de un país o época. Debido a esto el número de individuos muertos y de personas desamparadas se incrementa cada día más y más.

La falta de oportunidades ofrecidas por nuestro Estado “supuestamente social de derecho” ha llevado a que muchas personas sobre todo a los de recursos más bajos, lleguen a robar para conseguir algo de dinero, con el fin de alimentar a sus familias.

Además, ha hecho que los jóvenes abandonen sus colegios para ponerse a trabajar con el propósito de ayudar así con los gastos de la casa, impidiendo que los niños, “el futuro de Colombia “puedan seguir adelante.

Por otra parte, los que deciden seguir en el colegio, debido a las malas influencias cambian su carácter radicalmente y así van perdiendo esos valores que con tanto esfuerzo y dedicación les han inculcado sus maestros, se van volviendo más rebeldes y a la vez más despreocupados.

Porque ya ni siquiera quieren terminar el colegio les parece una pérdida de tiempo, piensan que la única forma de tener éxito y salir adelante es tomando todos esos caminos que por el contrario, harán que sus vidas decaigan y acaben muertos.

Por otro lado sabemos que la época de la juventud es donde definimos nuestra personalidad donde preparamos nuestros estudios para conseguir siempre un buen futuro.

Total que este estado con sus “leyes y constitución” que debería llevarnos a vivenciar la democracia y la participación, solo ha logrado que la justicia este presente para los ricos y se tome vacaciones para los pobres.

Por consiguiente, ha hecho que los jóvenes vean cada vez más corrupción, mas violencia, más injusticia en su país y que a menudo se vean llenos de dudas y temor porque ya ni siquiera se puede confiar en quienes constitucionalmente los protegían.

En consecuencia, por la falta de políticas sociales públicas que luchen eficazmente contra el crimen, ha llevado a que las personas tomen la justicia por su propia mano, lo cual empeora la situación. A medida que se incrementa el consumo de alcohol, drogas y se acoge el ocio, se crean cada vez más familias disfuncionales, donde no existe el respeto o amor; donde sus integrantes perdidos en este mundo lleno de presiones, llegan a involucrarse en temas como “el narcotráfico, la conformación de pandillas y la delincuencia”.

La desintegración familiar y la falta de valores morales inducen a nuestra juventud a la promiscuidad sexual y así se arriesgan al contagio de enfermedades de transmisión sexual.

Las personas que se meten en este mundo conflictivo no son los culpables de llevar una vida así, son el producto de una sociedad en decadencia, de políticas inexistentes, de altos niveles de corrupción.

Por lo tanto, para poder terminar con este problema debemos aprender a que desde la infancia, la influencia de los padres hacia sus hijos se sienta mas y sea positiva; que haya más orientación en los colegios sobre temas como la drogadicción, pandillaje y la delincuencia y que nuestro gobierno entienda que no están de adorno, que tienen el sagrado deber de hace valer nuestros derechos y deberes para así vivir en un mundo sin violencia gracias a la justicia e igualdad.

Aquí es importante aclarar que no todo es culpa del gobierno porque nosotros somos los dueños de nuestra propia vida y por lo tanto, dueños de nuestros propios pensamientos y acciones, nosotros decidimos si le hacemos daño a los demás, si queremos llevar nuestra vida a un deterioro constante e inminente.

Si bien el delito no puede ser justificable, resulta imprescindible entender que no es sólo cuestión de aumentar la protección para brindar seguridad, la respuesta es que si no combatimos los motivos que favorecen los ambientes delincuenciales, podemos estar ampliando cárceles y aprisionando a nuevas generaciones de muchachos, por años, sin resultados aparentes por que así mismo desde las prisiones pudiera continuar ejerciendo su labor como sucede con frecuencia.

A mi idea, las cárceles deben ser una escuela de recuperación, fuentes de trabajo, capacitación, crecimiento espiritual sobre todo para los jóvenes que están dentro de estos recintos penitenciares que recién sus sueños empiezan a iluminarse a través de rejas , desesperación , debo decir que considero que la pena a los jóvenes deben ser oportunidades de trabajo.

Finalmente, es propicio buscar en comunidad la justicia donde no solo este presente la legalidad sino también la equidad y sensibilidad ante los problemas, para así ofrecer un buen futuro a nuestra comunidad.

Tania Anaya 1001.

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